La Conferencia Iberoamericana como modelo para un mecanismo de cooperación eficaz entre América Latina y Europa.

Autor principal:
Ignacio Uriarte Ayala (Independiente)
Programa:
Sesión 3, Sesión 3
Día: lunes, 22 de julio de 2024
Hora: 16:00 a 17:45
Lugar: BENITO GUTIÉRREZ (70)

El 19 de julio de 1991 en la ciudad de Guadalajara, México, 21 presidentes de Gobierno y 2 jefes de Estado formaron parte de la fotografía histórica que marca el comienzo del mecanismo que hoy se conoce como Conferencia Iberoamericana. Los países iberoamericanos, inspirados en una identidad y cultura compartidas, fueron conscientes de la fortaleza que supone el análisis conjunto de los retos y desafíos del futuro y poder diseñar respuestas compartidas y cooperación mutua. El intercambio de conocimiento (el cruce de las inteligencias), el fortalecimiento de las redes (tejer la red para la integración) y el diálogo político (ampliar las coincidencias políticas) han sido los pilares fundacionales desde los que se ha construido lo que hoy conocemos como Iberoamérica.

La concertación política es uno de los grandes propósitos de los mecanismos multilaterales en donde reside su fortaleza y la justificación de su existencia y por tanto, la acción más preciada a preservar y proteger. A su vez, los países miembro de la Conferencia Iberoamericana quisieron dejar claro el objetivo de esta concertación, propiciar las soluciones a los desafíos y construir un instrumento de unidad y desarrollo que tenga tres pilares fundamentales: el diálogo, la cooperación y la solidaridad.

Una de las ideas que mejor expresan la voluntad de conformar una propuesta con peso en el ámbito internacional la encontramos en el decimonoveno párrafo de la Declaración: “Aspiramos por ello a convertirnos en un interlocutor pleno en el escenario mundial. A partir de nuestras coincidencias hemos decidido emprender iniciativas para superar los desafíos que enfrentamos y unir nuestras voluntades ante las más apremiantes cuestiones globales.”

La década de los 90 muestra varios ejercicios de concertación política que se estaban construyendo en América Latina, así como la voluntad y el interés de crear otros, como así fue, en el futuro. Organizaciones como el SELA, ALADI, UNASUR, CELAC, MERCOSUR y más tarde la Alianza del Pacífico, son demostraciones de la experiencia latinoamericana de concertación política de lo que sacaremos algunos aprendizajes y reflexiones a lo largo de la investigación. En cualquier caso, la concertación política con países europeos como España y Portugal abría un nuevo escenario de futuro que resultado de enorme interés comenzar a explorar. Conscientes de la necesidad de no duplicar ejercicios y poner en valor el carácter bi-regional del encuentro como característica diferenciadora desde el origen.

El Sistema de Cooperación Iberoamericano, forjado desde la experiencia compartida a lo largo de más de 30 años, es uno de los valores más reseñables en la fundación de la Conferencia Iberoamericana y sigue siendo una de las oportunidades de evolución en el futuro dado el escenario global actual y el interés de la Unión Europea y de América Latina en fortalecer los canales de cooperación. El impulso de la Cumbre UE-CELAC en un escenario internacional que requiere alianzas renovadas, permite pensar en una estructura de cooperación similar a la Iberoamericana que garantice la eficacia y la calidad de las acciones entre ambas regiones.

Palabras clave: Iberoamérica, gobernanza, cooperación, Europa, eficacia